Historia de un Presidente
Luis Puig Esteve llegó al mundo del ciclismo casi por casualidad y acabó siendo su máximo dirigente a escala mundial. Amante del deporte desde su juventud, practicó atletismo y natación y fue una de las figuras del equipo juvenil de hockey hierba de la Universidad de Valencia. Destacaba de extremo derecho y en esa posición llegó a disputar un partido internacional con la selección española.
Compaginó la actividad deportiva con los estudios de Medicina hasta que explotó la Guerra Civil. La muerte de su padre Luis Puig, alcalde de l’Alcúdia durante la República, le obligó a renunciar a la universidad para hacerse cargo de la economía familiar. Se tituló como profesor de Educación Física con un curso acelerado en la Academia de Gimnasia de Toledo y trabajó para financiar la carrera de su hermano pequeño José Puig, que se convertiría en un respetado médico.
Impartió clase de Educación Física en la Universidad de Valencia y encabezó el grupo de dirigentes que impulsó la actividad deportiva a través de la Delegación de Deportes del Frente de Juventudes, el organismo encargado de gestionar el deporte de la época. La construcción de una piscina cubierta y la organización del primer partido internacional de baloncesto celebrado en la capital valenciana fueron algunos de sus proyectos más destacados.
Su experiencia como jugador de hockey le valió para ser designado presidente de la Federación Valenciana. Desde el cargo, Puig consiguió que el Campeonato de España de hockey se disputara en Valencia pero, cuando estaba a punto de celebrarse, la Federación Española lo anuló y decidió trasladarlo a Barcelona.
Dolido con la decisión, organizó con éxito la competición en Barcelona y presentó inmediatamente la dimisión al delegado nacional de Deportes, el teniente general José Moscardó. “No voy a volver. Dame la Federación de Valencia que no funcione”. Moscardó, consciente de la proyección y valía de Puig como dirigente deportivo, aceptó su decisión: “Ya que eres así, toma la de ciclismo que es un muerto”.
En los años de posguerra, el ciclismo de competición en España se concentraba en Cataluña y Puig, que accedió al cargo en 1943 con solo 28 años, fue el encargado de su desarrollo en tierras valencianas. Organizó la Vuelta a Valencia para aficionados y cayó enamorado de la belleza, el sufrimiento y la épica del ciclismo.
La Vuelta a Valencia fue la primera carrera amateur por etapas que se celebró en España. Hasta ese momento los corredores juveniles se mezclaban con los profesionales y lo tenían realmente complicado para destacar, lo que dificultaba su progresión. La competición impulsada por Puig, con un recorrido más suave y etapas más cortas, sirvió para descubrir a futuros ciclistas de élite como Angelino Soler, Salvador Botella, René Marigil y Bernardo Ruiz, que en 1952 se convirtió en el primer ciclista español en subir al podio del Tour de Francia.
El siguiente escalón era organizar una competición profesional: la Vuelta a Levante (después Vuelta a la Comunidad Valenciana), que llevaba cuatro años sin disputarse. Puig la recuperó en 1954 y logró atraer a las principales figuras del pelotón internacional del momento, como Fausto Coppi y Rik Van Looy.