Historia de un Presidente
La muerte de Luis Puig en 1990, a los 75 años, le impidió disfrutar de acontecimientos y éxitos históricos del ciclismo y del deporte español en general, al que tanto contribuyó a desarrollar. Sin embargo, el legado de quien fue uno de los dirigentes deportivos internacionales más influyentes de su época sigue presente y su recuerdo permanece en la memoria de los aficionados al deporte del pedal.
El Trofeu Luis Puig fue durante décadas una de las pruebas de un día más prestigiosas del calendario ciclista. Creado en 1969 como Gran Premio de Valencia, fue rebautizado en 1981 en honor al federativo de l’Alcúdia, que ese año había ascendido a la presidencia de la UCI. La prueba se disputó hasta 2005, cuando fue cancelada a causa de la pérdida de patrocinios. Entre sus vencedores destacan figuras como Bernard Hinault, Laurent Jalabert, Mario Cipollini, Erik Zabel y Óscar Freire.
Desde la presidencia de la UCI, Puig consiguió que su amada Valencia organizara los Campeonatos Mundiales de ciclismo de 1992, que no llegaría a presenciar. Las instituciones valencianas acordaron que el moderno pabellón polideportivo construido para la ocasión, con capacidad para 6.000 espectadores, se bautizara como Palacio Velódromo Luis Puig. El recinto ha acogido también el Europeo de atletismo en pista cubierta de 1998, el Europeo de Natación en piscina corta de 2000 y el Mundial de atletismo en pista cubierta de 2008.
El dirigente valenciano tampoco logró disfrutar del clímax histórico del deporte español: los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, en los que Valencia fue una de las subsedes. Miembro durante años del Comité Olímpico Español (COE), Puig no pudo celebrar en casa las 22 medallas que aún marcan la mejor participación de España en unos Juegos. De las trece oros conseguidos por el equipo olímpico español, uno fue para José Manuel Moreno, campeón olímpico de ciclismo en pista en la modalidad de 1 km contrarreloj.
Un año antes de la cita olímpica, Miguel Indurain había inaugurado la etapa más laureada de la historia del ciclismo español. El 21 de julio de 1991, el ciclista navarro subió por primera vez al cajón más alto del podio de los Campos Elíseos de París, gesta que repetiría en las cuatro siguientes ediciones del Tour de Francia. Los cinco triunfos consecutivos de Indurain elevaron al ciclismo a una posición central en el panorama deportivo español. El reto que Luis Puig persiguió desde el inicio de su carrera se había cumplido.